Hermanos, como hemos escuchado en la liturgia de la Palabra, cómo Jesús resultaba incómodo en la sociedad de su tiempo. Muchos de nosotros, que nos decimos seguidores de Jesús, tendremos que reconocer que ni la Palabra nos quema por dentro, ni los cristianos quemamos en la sociedad. Oremos.

Jesús, que nuestra fe en ti nos cambie por dentro

• Padre, que la Iglesia sea un poderoso fermento de cambio: comunidad de los seguidores de Jesús que actúa con criterios, maneja valores y actúa de forma radicalmente opuesta a nuestra sociedad.

Jesús, que nuestra fe en ti nos cambie por dentro

• Padre, que nuestra fe nos lleve a vivir a contracorriente, fieles al estilo de tu hijo Jesús: denunciando cada una de las injusticias, implicándonos seriamente en la construcción de tu Reino.

Jesús, que nuestra fe en ti nos cambie por dentro

• Padre, que nuestras comunidades parroquiales y religiosas supongan un aldabonazo en esta sociedad, una llamada a vivir desde el servicio, la compasión y la preferencia por los más pobres.

Jesús, que nuestra fe en ti nos cambie por dentro

• Padre, que todos los hombres y mujeres que viven con sufrimiento, sin libertad, sin esperanza, nos encuentren con el corazón y las manos abiertas.

Jesús, que nuestra fe en ti nos cambie por dentro

• Padre, un domingo más, te suplicamos por la paz en nuestro mundo, que seamos capaces de convivir juntos en armonía y fraternidad.

Jesús, que nuestra fe en ti nos cambie por dentro

Padre bueno, a tu hijo Jesús le cambió el fuego de tu Espíritu, le hizo peligroso en su tiempo; ayúdanos a mirar nuestras vidas, tan poco peligrosas para nadie y concédenos la gracia de dejarnos convertir el corazón. Te damos las gracias por mediación de tu Hijo Jesús.

Vicky Irigaray