Hermanos, Jesús, hoy, nos ha ido señalando las pistas que conducen a la verdadera felicidad; se trata de vivir según las coordenadas del Reino encarnando sus actitudes. Oremos.

Padre, que las Bienaventuranzas sea el pálpito de nuestra vida.

• Padre bueno, que la Iglesia denuncie las injusticias y las desigualdades de nuestro mundo, posicionándose siempre y claramente del lado de los que menos tienen y más sufren.

Padre, que las Bienaventuranzas sea el pálpito de nuestra vida.

• Padre bueno, que los creyentes proclamemos con nuestra vida cada una de las bienaventuranzas, acogiendo siempre, acompañando en la dificultad y siendo el rostro vivo de tu hijo Jesús.

Padre, que las Bienaventuranzas sea el pálpito de nuestra vida.

• Padre bueno, que todos nosotros no perdamos la capacidad para percibir el sufrimiento de los demás y no olvidemos la llamada a comprometernos junto a los más necesitados.

Padre, que las Bienaventuranzas sea el pálpito de nuestra vida.

• Padre bueno, que los responsables de nuestros gobiernos e instituciones trabajen a favor del bienestar de todos y en especial de los que más lo necesitan.

Padre, que las Bienaventuranzas sea el pálpito de nuestra vida.

• Padre bueno, que todos los enfermos sin esperanza de curación, puedan vivir con paz estos momentos tan dolorosos y tengan siempre una mano y un rostro que les bendiga y acompañe.

Padre, que las Bienaventuranzas sea el pálpito de nuestra vida.

Padre bueno, despierta nuestro oído y corazón ante el mensaje de tu Hijo y que las bienaventuranzas arraiguen en cada uno de nosotros. Concédenos la gracia de vivir junto a los pobres y olvidados de nuestra sociedad. Te damos las gracias porque tu Hijo nos va apuntando el camino...

Vicky Irigray