Hermanos, si somos sinceros, hemos de reconocer que hay una distancia enorme el creyente que profesamos ser y el creyente que somos en realidad. La búsqueda de Dios la vivimos casi siempre en la inseguridad, la oscuridad y el riesgo. Oremos.

Padre, fortalece nuestra fe

• Padre bueno, que tu Iglesia sea la comunidad de los hombres y mujeres que caminan sobre las aguas fiándose de ti y volcados en el cuidado de los hermanos.

Padre, fortalece nuestra fe

• Padre bueno, que todos nosotros recordemos y proclamemos que tú eres una mano tendida que nadie nos puede quitar, que tu fidelidad y tu misericordia están por encima de todo.

Padre, fortalece nuestra fe

• Padre bueno, que todos los hombres y mujeres que se sienten en la intemperie, en medio de una crisis, te redescubran en la hondura de su corazón y recobren la paz.

Padre, fortalece nuestra fe

• Padre bueno, que todos los que viven angustiados y bloqueados por distintas formas de mal: el dolor, la persecución, la depresión, la vida amenazada…encuentren una mano tendida y un corazón donde descansar.

Padre, fortalece nuestra fe

• Padre bueno, fortalece la fe de las comunidades cristianas que viven la persecución y la amenaza constante, que Tú seas su ancla y su soporte.

Padre, fortalece nuestra fe

Padre bueno, la barca zarandeada por las olas y el viento puede ser esta sociedad, tantos pueblos sacudidos por la guerra y la violencia, no permitas que descuidemos nuestro compromiso con la barca de la humanidad entera. Te damos las gracias por tu hijo Jesús.

Vicky Irigaray