NUESTRO CORAZÓN SE PAREZCA
Vicky IrigarayHermanos, la parábola de los jornaleros de la viña nos muestra que el amor de nuestro Dios es puro don, amor gratuito, desconcertante y escandaloso para algunos. Oremos.
Jesús, que nuestro corazón se parezca al tuyo.
• Padre bueno, que los gestos de nuestra Iglesia nos remitan siempre a ti, sean signo de tu acogida a los excluidos, de tu debilidad por los que más sufren, de tu ternura hacía los más pequeños.
Jesús, que nuestro corazón se parezca al tuyo.
• Padre bueno, enséñanos a administrar nuestras instituciones con tu justicia: siempre buscando el bien de los más desfavorecidos.
Jesús, que nuestro corazón se parezca al tuyo.
• Padre bueno, que los creyentes anunciemos otro tipo de sociedad posible: donde los más necesitados e invisibles ocupen los primeros puestos; donde los que tenemos nos pongamos al servicio de los que no tienen.
Jesús, que nuestro corazón se parezca al tuyo.
• Padre bueno, que las diferencias de este mundo en temas de alimento, cobijo, libertad nos sacudan por dentro y nos lancen a construir un mundo más justo para todos.
Jesús, que nuestro corazón se parezca al tuyo.
• Padre bueno, que no nos olvidemos que con un corazón envidioso nunca podremos entenderte; que te vivamos como Amor, Acogida y Ternura gratuita.
Jesús, que nuestro corazón se parezca al tuyo.
Padre bueno, te pedimos que limpies la imagen que en nuestro corazón tenemos de ti, que tú no seas a nuestra medida, que crees novedad permanentemente y nos invites a un sistema social justo y en paz para todos los hombres y mujeres de este mundo.
Vicky Irigaray