PRIMER FUEGO
Koldo AldaiMochila al hombro añoré este crepitar en la chimenea del hogar. Hacen mucho bien los senderos que recorremos con corazón. Hace mucho bien también el fuego que encendemos con conciencia. En realidad nos hace mucho bien todo aquello que hacemos con presencia, con conciencia, con agradecimiento.
Vengo de encender el primer fuego y estoy feliz aquí en medio de esta paz tan sonora, tan cálida. Solo en el hogar no me siento solo. Nos une la pantalla, nos unen los anhelos, los ideales fraternos, nos une sobre todo el crepitar de nuestros fuegos de fuera y adentro... Cuando el bosque comienza a amarillear, el primer fuego es importante. Todos los comienzos son importantes. Danzan ya felices unas llamas sobre el primer tronco afortunado. Toda llama encendida con presencia es altar. Pido por lo tanto ante este fuego sagrado. Pedimos por los que no gozan de este silencio, de esta paz, de este calor de hogar...
Pedimos por los miles de hermanos hondureños que llevan una semana caminando, padeciendo, sorteando las mil y un dificultades. Caminamos con ellos, con su sudor, sus ampollas y sus dificultades, sobre todo con sus merecidos sueños...
Pedimos por los hermanos brasileños que defienden nuestro mayor pulmón, la selva de la Amazonia que ahora afronta su mayor amenaza de todos los tiempos. De ganar el candidato que se pronostica nuevo presidente, ha prometido hacer dinero con nuestra reserva de oxígeno, explotar comercialmente esa inmensa y querida arboleda...
Pedimos también por las gentes del desierto, pedimos para que despierten, para que rompan su silencio ya insoportable cuando descuartizan y matan a uno de sus más valientes hijos por el solo hecho de clamar libertad...
Pedimos para que aquí nazca el diálogo, la mutua comprensión, la cultura del acuerdo. Para que empecemos a ver en el otro el complemento, que no el adversario. Para que nos encontremos y no nos disparemos, para que miremos cómo podemos hacer el mayor bien a la colectividad y no el mayor mal al supuesto contrincante...
Todo esto le pedimos al primer fuego, en esta mañana entrañable de paz, en la que no podemos olvidar tanto dolor aún sembrado por el mundo. Un gusto arrimarnos juntos a las mismas llamas, un gusto compartir la misma plegaria, el mismo anhelo. Eskerrik asko!
Koldo Aldai Agirretxe
Artaza 20 de Octubre de 2018