Buscador Avanzado

Autor

Tema

Libro de la biblia

* Cita biblica

Idioma

Fecha de Creación (Inicio - Fin)

-

LOS FRUTOS DE LA ATENCIÓN

Rate this item
(15 votes)

“La atención –ha escrito el monje benedictino y maestro zen Willigis Jäger– es el punto de partida y el corazón de todos los caminos espirituales. La vida atenta se basa en el reconocimiento de que la realidad solo puede experimentarse en el aquí y ahora. La práctica de la atención es indispensable para llegar a tener contacto con la realidad. La atención es la práctica más importante y, al mismo tiempo, la más difícil en el camino espiritual. Es expresión de la sabiduría suprema”.

Y una antigua historia zen narra el siguiente diálogo: 

— Maestro, ¿cuáles son las reglas fundamentales de la sabiduría suprema?

El maestro escribió: “Atención”.

— ¿Alguna más?

El maestro escribió: “Atención, atención”.

— ¿Eso es todo?, preguntó de nuevo el discípulo ya impaciente.

Sin perder la calma, el maestro anotó: “Atención, atención, atención”.

Se cuenta también que a la pregunta: “¿Puedes resumir toda tu enseñanza en una sola palabra?”, Ramana Maharshi contestó: “Atención”.

La atención hace posible que se produzca un “paso” decisivo, que podemos ver desde diferentes perspectivas y nombrar de modos diversos.

De marionetas de los movimientos mentales y emocionales a la libertad interior, libertad que únicamente garantiza la atención.

De la reactividad a la ecuanimidad: la mente (el yo) nos lleva a reaccionar ante los estímulos; la atención permite “tomar distancia” para no reaccionar, sino responder.

De la creencia de la separación a la comprensión no-dual, de la consciencia de separatividad a la consciencia de unidad: la mente nos hace creer que todo es una suma de objetos separados; la atención nos muestra la realidad de la no-separación.

De la resistencia a la aceptación: la mente se resiste contra aquello que la frustra; la atención acepta, posibilitando la acción adecuada.

Del juicio a la bendición: pensar significa juzgar y rechazar lo que no le agrada; la atención, alineada con lo que es, bendice.

De la avidez a la gratitud: la mente es apropiación y el “yo” insatisfacción, de donde brota la avidez insaciable para tratar de compensar el vacío; la atención, al revelarnos que somos plenitud, hace vivir en gratitud.

De estar “perdidos” a “volver a casa”: la mente es radicalmente incapaz de comprender qué somos, por lo que desde ella resulta imposible salir de la ignorancia; la atención nos hace comprender que somos esa misma atención –en cuanto estado de consciencia– y que esa es nuestra “casa”, de la que nunca nos habíamos alejado.

Del “yo” a la Vida: para la mente soy solo este “yo separado” que ella puede delimitar y percibir, un yo que, momentáneamente, tiene vida; la atención me muestra que soy Vida, expresándose en la forma de este “yo”.

Del estado mental al estado de presencia: esta es la clave que explica todos los “pasos” mencionados en los números anteriores; la atención, al silenciar la mente pensante, posibilita que sea transcendido el estado mental y que emerja el estado de presencia, con las consecuencias –los “frutos”– antes señalados.

 

Enrique Martínez Lozano

Boletín Semanal

Read 2881 times
Login to post comments

Explore blockchain networks with ease by installing the MetaMask Extension for Chrome.