Hermanos y hermanas, la imagen de la mujer adúltera junto a Jesús puede representar a cualquier comunidad cristiana y a cualquiera de nosotros que necesitamos y somos acogidos más allá de lo que nos atrevemos a pedir, más allá de lo que las leyes y ésta sociedad nos ofrece. Oremos.

Jesús, que nuestras palabras y gestos acojan y restauren.

• Padre bueno, que la Iglesia, siguiendo las huellas de Jesús, practique la inclusión de los diferentes, sea casa de acogida que ofrece para todos y todas un porvenir digno.

Jesús, que nuestras palabras y gestos acojan y restauren.

• Padre bueno, que los cristianos no condenemos fríamente a los demás desde la pura aplicación de unas normas, sino que a todos y todas ofrezcamos el perdón y la misericordia.

Jesús, que nuestras palabras y gestos acojan y restauren.

• Padre bueno, que nuestras palabras, gestos y acciones, sean como puentes que nos unan con los que piensan, hacen y rezan distinto; que seamos siempre motivos para la fraternidad y la unidad en la diversidad.

Jesús, que nuestras palabras y gestos acojan y restauren.

• Padre bueno, que todos los hombres y mujeres que víctimas de la violencia sexual encuentren corazones misericordiosos y manos amigas que les ayuden a hablar, curar y restaurarse de todo el daño que han sufrido.

Jesús, que nuestras palabras y gestos acojan y restauren.

• Padre bueno, que nuestras comunidades parroquiales y religiosas sean espacios donde se ofrezcan procesos de maduración humana y de fe, que nos permitan trabajar todas las dimensiones de nuestro ser.

Jesús, que nuestras palabras y gestos acojan y restauren.

Padre bueno, tu hijo Jesús nos invita a acoger a los demás desde nuestra propia debilidad para que no caigamos en la tentación de arrojar piedras sobre nadie sino que ofrezcamos posibilidades de sentirse aceptado y amado. Te damos las gracias porque confías en nosotros.

Vicky Irigaray