CON DIOS EN EL PECHO Y EL DEMONIO EN LOS HECHOS
Julián Bedoya CardonaEstamos en una sociedad llena de contradicciones, una sociedad que aparenta lo que no es, y muchas veces las personas externas no sabemos distinguir entre el hacer y el ser; algunas personas definen a otra persona por lo que hacen y no por lo que se es, cuando realmente cobra sentido y valor lo que la persona es.
Muchos hoy viven la vida del doblez donde me muestro a unos de una forma y a otros de otra forma; según me convenga, según haga sentir a los demás bien y ellos me lo hagan sentir; Digo creer en Dios pero no lo tengo en cuenta en mi vida, no aporto nada para su proyecto, el reino de Dios. “El que dice que está unido a Dios debe vivir como vivió Jesucristo” (1Jn 2,6). A veces el hombre vive con Dios en el pecho, es lo común del hombre religioso, cumplir con los preceptos; ir y celebrar la misa, comulgar, oír la palabra de Dios, hacer el rosario, terciarse un escapulario – un denario o camándula sobre el pecho, reza y reza cree que por cumplir con los preceptos está cumpliendo con lo esencial, pero… sus hechos de ayudar, generosidad, caridad y solidaridad al otro no se notan; “Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí”.(Mt 15,8)
Es importante que el ser humano vuelva a lo esencial a “ser” para poder “hacer”. Y que compagine sus hechos con lo que realmente es, por si lo definen por sus hechos no sea una definición equivocada del ser.
Julián Bedoya Cardona