LLEGA LA NAVIDAD
Carmiña Navia Velasco¡Llega la Navidad, mensajera de paz, de nueva luz!
Llega hasta nuestro mundo una Buena Noticia: La Divinidad se hace carne humana en la historia, en la vida cotidiana, en cada rincón donde habitamos, amamos y soñamos.
Llega la Navidad en medio de las pajas y de la oscuridad, llega en la ternura de un niño que abre puertas y refleja ilusiones… sueños de una mañana por venir.
Llega con el calor del buey, naturaleza que cobija y que abriga, nicho que configura posibilidades del ser.
Llega la Navidad para anunciar a cada una y uno, que la estrella nos trae la hermandad y el amor que construye manos entrelazadas. Abrazos solidarios y sororos.
Llega para decirnos que la vida se tiñe de arco iris y grita en los tejados y en las altas montañas: ¡Estamos invitados al son del corazón!
Llega la Navidad para llevarnos a geranios, bifloras, crisantemos, orquídeas… llega para traer a las almas oscuras el sol de nuevas rutas, de nuevos caminantes que buscan porvenires tejidos en galaxias distintas y remotas, en galaxias de fuerzas de atracción, de potencia de vida.
Llega para mostrarnos rutas nuevas en medio de las selvas de cemento y de las arbitrarias e injustas relaciones… y de los agujeros negros de un mundo que se pierde en sus espasmos.
Llega para que un niño distribuya los bienes para todos y todas y calme tanta sed que hay por el mundo.
Llega para alumbrarnos.
Llega la Navidad y nos recoge en nuestro corazón, en lo más hondo de nuestro propio ser. El Misterio de Dios se hace presente y busca sus senderos entre los desconciertos, sinsabores y avatares de miedos, de dudas, de desesperaciones, angustias y dolores, de soledades y suicidios… El Misterio de Dios se hace promesa y llena nuestros corredores de paz, en remanso de mar abierta siempre.
Y en la luz interior de cada día nos lega su infinito, su llamada a otros rumbos. Su fuente de la vida. Sus llamados a firmamentos de inmensidad de estrellas. Su luz se hace horizonte profundo y novedoso como alondra que avista fugazmente y sonríe en la tarde de una nueva mañana.
La Divinidad habita nuestro ser, espejo de soñares, de construcciones limpias, de ladrillos distintos… de rocas que sostienen un mañana mejor, una mirada de hermandad que viene de los bosques profundos de una tierra que amamos, respetamos, cuidamos.
La Divinidad nos habita por dentro y barre la opresión, preparando una senda de una utopía posible.
La Divinidad nos alumbra, fortalece el sentir de las almas gigantes o pequeñas.
Abramos nuestra entraña.
¡Llega la Navidad! Llega un niño a la puerta.
Adviento del 2021
Carmiña Navia Velasco