MULTITUD DE ÚNICOS
Mari Paz López SantosJueves Santo – 2022
El ambiente se estaba caldeando por momentos. Apareces y desapareces procurando no comprometer y al mismo tiempo dando testimonio una y otra vez de quién eres y quién te envía.
La crispación de los que mandan, los interrogantes del pueblo sobre tu identidad y los que se rinden ante tus palabras y dicen “jamás ha hablado nadie como ese hombre” (1) están acelerando la comprensión de que estaba llegando tu hora.
Reúnes a los tuyos en una cena que parece un final pero que tiene los ingredientes de un principio para quien no pierda detalle: “Se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en una jofaina y se pone a lavarles los pues a los discípulos, secándoselos con la toalla que se hacía ceñido” (2).
Me impresiona el hecho mismo de lavar los pies a otro. Es una posición de abajamiento, de curvatura, de humildad física; tanto del que lava como de quien es lavado. Dura poco, apenas unos instantes, dejando la sensación de que algo se escapa, dejando una amorosa experiencia de exclusividad.
Hay alguien que me cuenta el momento de intimidad de lavar los pies a los discípulos, mucho mejor de lo que yo me atrevo a expresar: “El amor se desenmascaraba, y ya se me escapaba. Estaba allí a mis pies, todo para mí. No pude retenerlo. Pasa en los pies del vecino y en los de Judas mismo, de todos aquellos de quienes no sabemos si son discípulos verdaderos, y a quienes me ha sido necesario aceptar día tras día: era el precio para quedarme con Él y, al atardecer, tener derecho al pan y a la copa. Él amó a los suyos hasta el extremo, todos los suyos le pertenecen, cada uno como único, multitud de únicos”. (3)
Así se explica Christian de Chergé, prior del monasterio de Tibhirine, el 13 de abril de 1995, su último Jueves Santo, fue asesinado con otros seis hermanos de comunidad en mayo del siguiente año. Agradezco que lo dejara escrito y quedo preguntándome:
¿Cuánta agua has de desperdiciar año tras año, Tú… el Maestro, el Señor… para que entendamos qué significa ser multitud de únicos?
Pongamos en la Mesa del Jueves Santo hechos que muestren que algo hemos entendido de cuidado, de servicio, de paciencia, de sencillez, de cercanía, de perdón, de paz… en definitiva, que sabemos del Amor que nos muestras y estamos dispuestos de salir a hacer lo que haces con cada uno, siguiendo tu ejemplo, reconociendo al otro como único.
Al enderezarnos, si Dios quiere y vaya que sí quiere, veremos una multitud de únicos, sinónimo de fraternidad universal.
Mari Paz López Santos
(1y2) Jn, 13, 1-15
(3) “La esperanza invencible”, Christian de Chergé, Ed. Lumen, pág. 70)