EPIFANÍA, MANIFESTACIÓN DE DIOS
Carmen SotoDomingo 6 de enero 2023
El evangelio de Mateo nos acerca al nacimiento de Jesús a través de un relato cargado de símbolos que nos orientan en el significado que el autor quiere ofrecer a la comunidad a la que se dirige. Por eso es importante no leer de forma lineal sino atendiendo a los diferentes escenarios que se entrecruzan para dar una visión panorámica de todo lo que está ocurriendo.
El espacio que salva
El primer escenario que abre y cierra el relato es el hecho sencillo y cotidiano del nacimiento de un niño en una pequeña aldea. Un niño en el que se transparenta la salvación de Dios renovada y persistente en su deseo de invitar a vivirla a todo ser humano Mt 2, 9-11).
Pero esa iniciativa divina carga de gratuidad y ternura es leída como amenaza por Herodes y la elite de Jerusalén que protagonizan la acción del segundo escenario. Herodes emplea estrategias para reconducir la amenaza que supone para su poder el anuncio de que la salvación de Dios brota desde abajo, entre los pliegues cotidianos de la historia (Mt 2, 3-8)
Por su parte los magos venidos de oriente, considerados ignorantes de los grandes designios divinos solo conocidos por Israel aparecen como buscadores honestos, poniendo todo su conocimiento y su esfuerzo en encontrar lo que salva y da vida. Para ello no dudan en ponerse en camino, en cuestionar su propia verdad y arriesgarlo todo a una intuición del corazón (Mt 2 2.9-10.12).
A través de estos tres espacios Mateo sitúa al lector o lectora ante las amenazas y posibilidades con las que se va a encontrar la Buena Noticia de Jesús. Quienes temen que el anuncio liberador de Jesús remueva los fundamentos de su poder o cuestione las razones de sus certezas van a defenderse e intentarán bloquear cualquier camino que lleve a donde que no hayan decidido ir. Sin embargo, quienes necesitan nuevas razones para esperar, quienes saben de perdón y sufrimiento, de ternura y vulnerabilidad, quienes no se conforman con lo que hay y saben que la novedad es oportunidad, están dispuest@s a ponerse en camino y seguir esas estrellas que Dios pone en su horizonte.
Estrellas que iluminan y guían
Hoy seguimos necesitad@s de estrellas que iluminen nuestros caminos y guíen nuestro corazón porque la noche es oscura, las certezas a veces se debilitan y otras se enquistan, porque los abusos de poder violentan, destruyen y marginan, porque la esperanza sigue siendo un reto para quien ha consentido en creer.
Esas estrellas son personas, gestos, conversaciones que iluminan nuestra vida cotidiana y nos recuerdan la verdad salvadora que se encarna en Jesús. Pero también son acontecimientos, signos de los tiempos, cambios que ayudan a crecer y a mejorar porque guían hacia esos lugares que nos hacen más humanos, que nos ayudan a comprender que no está todo dicho y nos recuerdan que Dios sigue siendo novedad e impulso, que su salvación no es algo del pasado o de un futuro lejano y enigmático sino presente y actuante en cada generación y en cada persona.
La Buena Noticia de Jesús nos levanta, nos invita a caminar con la certeza de que siempre habrá estrellas que mantengan nuestra esperanza, orienten nuestros proyectos, nos sostengan en los momentos vulnerables, nos abracen en la oscuridad. No siempre es fácil ponerse en pie, huir de las seguridades del poder o el éxito, empezar de nuevo… pero ahí están multitud de estrellas que seguirán empeñadas en acompañarnos en todos nuestros intentos.
Una vez más estamos invitad@s a ser esos magos/as caminantes y buscadores que saben seguir la estrella sin miedo a que los lleve a lugares desconocidos, sorprendentes o inesperados. Magos/as que regalen perdón, bondad y solidaridad sin esperar otra cosa a cambio que sororidad y empatía. Magos, en definitiva, que pongan la confianza en lo que construye y libera y abandonen todo aquello que, impuesto, violento o interesado aunque parezcan oportunidades o den seguridad.
No es fácil… pero es epifanía (manifestación de Dios)…
Carme Soto Varela