ORAR SÍ, Y TAMBIÉN CAMBIAR
Carmen Notario"El agua de tu cuerpo contiene el hidrógeno que se formó en los primeros segundos después del Bing Bang. Los átomos de carbono que te formaron se unieron después de la explosión de una supernova. La concentración de sal de tu cuerpo se corresponde con la concentración de sal de los mares antiguos. Tus células son descendientes directas de organismos unicelulares que se desarrollaron hace billones de años. Tú ves porque las moléculas de clorofila mutaron, por lo que, como las hojas de las plantas tus ojos puedan capturar la luz del sol. Y en el vientre de tu madre tu cuerpecito repitió todo el proceso de la vida multicelular en la tierra, empezando con una sola célula y después desarrollándose hacia una complejidad cada vez mayor."
Judy Cannato
¡Qué grandes y qué pequeños somos! Entretejidos en una red de vida de billones de años de la que hemos surgido y a la que pertenecemos. No hemos hecho nada para estar ahí y sin embargo somos la consciencia del universo. Tenemos en nuestras manos la decisión de cómo evolucionará nuestra especie y por otro lado como individuos nos sentimos muy impotentes.
Experimentamos los últimos coletazos de una civilización que ha confundido su origen, su valor, su propósito, poniendo en el centro y encumbrada a la persona humana, y que se ha atrevido a clasificar a unos como mejores que otros.
Nos hemos creído dueños y administradores de nuestro planeta como si se tratara de un planeta aislado, solo en el universo, y cerrando nuestros ojos nos hemos creído que podíamos poseer tierras y mares, y que su explotación sería infinita; que podíamos marcar fronteras y decidir quién y cómo podía vivir dentro de ellas... Por eso luchamos entre nosotrxs.
Es hora de cambiar. Claro que debemos orar por la paz... y también cambiar todo lo que está en mi mano por tener una nueva visión, un nuevo propósito, unos nuevos valores... por dar a luz y cuanto antes una nueva civilización.
Carmen Notario, SFCC