LO QUE NO PUEDO CALLAR DE LA VISITA DEL PAPA
Matilde GastalverNo puedo menos de preguntarme si esta visita es lo que necesita nuestra sociedad, e incluso lo que necesitamos los cristianos. No sé si necesitamos una visita papal, así, con trato de especial jefe de estado, y el boato que mantiene en su peculiar dirección de la Iglesia Católica. Lo que sí sé es, que de ningún modo es normal, que en una situación de crisis como la que vivimos, este viaje suponga un añadido económico a lo que hemos de pagar los ciudadanos, menos cuando muchos no son creyentes.
Dijo el Papa que llegaba a España como un peregrino más. No, los peregrinos no van así a Santiago. Van de un modo mucho más pobre, más desapercibidos. Llevan lo mínimo en la mochila, nadie les cuida ni protege, excepto el mismo camino y los que caminan junto a él. No reciben trato especial, porque el camino los iguala. Algo así recomendó Jesús a sus discípulas y discípulos para sus viajes de predicadores de su mensaje.
Yo sigo soñando que un día leeré un gran titular en la prensa: El Papa ha decidido dejar el Vaticano. Ha deshecho la curia y dona todo su patrimonio a los millones que mueren diariamente de hambre o a los que malviven con menos de un euro diario, y se va como Jesús, a ejercer su misión entre los más humildes, sin distinguirse por sus ropajes, por su autoridad, por su poder. No deja que le llamen "su santidad", porque sólo uno es santo... Así como Jesús, que su único poder fue la entrega.
Entonces muchos se preguntarían qué mueve a un hombre a un cambio tan grande. Sentirían respeto, y quizás su Dios convencería, porque entonces verían la congruencia.
Sueño con un hombre mayor, tierno y bondadoso, de gesto amigo, tolerante y en diálogo abierto con los que no siguen sus principios, porque los años le han llenado de sabiduría. Que valora la cultura y descubre lo bueno en el fondo de lo que es malo. Que ama a las mujeres y las tiene entre sus más íntimos, que confía en ellas las mismas misiones que confía para sí. Con una vida llena de libertad moral que le permite denunciar las injusticias de cualquier tipo de poder. Sigo soñando.
He leído con atención su homilía en Barcelona, y en el telediario de anoche vi las imágenes de su llegada a la ciudad condal.
Él ha dicho que "La Iglesia no tiene consistencia por sí misma; está llamada a ser signo e instrumento de Cristo, en pura docilidad a su autoridad y en total servicio a su mandato". Pero yo me pregunto si es signo de Cristo. Si Jesús quería todo esto y por ello dio la vida.
Ha vuelto a hablar de la familia, pero su mensaje no ha sido para "todas" las familias, en sus diferentes formas como hoy se dan en la sociedad. Yo quisiera que "todas" las familias, las que son de matrimonios separados, las monoparentales, las formadas por homosexuales, las que son mujeres u hombres que han acogido hijos, pero no viven en pareja. Las de los separados que han creado una nueva familia con otra pareja acogiendo a los hijos que no han engendrado en común...
Si Dios es amor, bondad y belleza, ¿no verá lo bueno del amor en esas familias y su belleza, y las bendecirá? ¿No hubiera tenido Jesús cualquiera de esas familias de haber nacido en la sociedad española actual? Porque él tuvo la típica familia de la sociedad judía del siglo primero.
Podemos creer las mujeres que la Iglesia lucha por nuestra dignidad, cuando dice: "la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización". ¿Puede la mujer encontrar su plena realización cuando no tiene libertad para decidir sobre su maternidad?, es más, ¿qué puede creer la mujer de la Iglesia, cuando sabe que su jerarquía desde los primeros siglos no otorga un trato de igualdad y reconocimiento de los valores y capacidades de la mujer?
La historia muestra como la ha sometido, relegado, condenado, dudado de su capacidad intelectual, moral y religiosa. Defiende de la mujer su capacidad de engendrar hijos, pero no le otorga el respeto y confianza para que decida sobre cómo y cuándo o por qué no engendrar.
Me duelen olvidos muy importantes del Papa al hablar de la familia. Ha olvidado denunciar que casi diariamente mueren mujeres de manos de sus parejas. Ha olvidado también la situación de dolor que viven muchísimas familias que han perdido la vivienda por no poder pagar la hipoteca. No ha hablado a muchas familias en las que ninguno de los dos tiene trabajo. Y no ha denunciado a los responsables de esa situación exigiéndoles las medidas necesarias para que se equilibre con justicias los desniveles entre los que acaparan y los que no tienen o los que van perdiéndolo todo.
No sé si son imperdonables estos olvidos. No sé si la caricatura de El Roto del País del viernes pasado, tiene mucho de evangélica. Decía: informado de la próxima visita del Papa, Jesús se retiró al desierto.
El Evangelio cuanta que Jesús se retiró al desierto para iniciar un cambio en su vida. Se fue a las filas de Juan el Bautista y se bautizó para iniciar un camino que le llevaría a la muerte por su compromiso, porque su vida molestaba a los que no querían entenderle, a los que no les convenía cambiar.
El Evangelio, dice José Mª Castillo, "es la recopilación de "recuerdos", el recuerdo peligroso de la libertad que cuestiona todas nuestras opresiones, nuestros miedos, nuestros desalientos, nuestras cobardías y también nuestras seguridades. Por eso el Evangelio es memoria subversiva, que nos descubre horizontes insospechados de libertad y autenticidad. Sólo así podremos recuperar el significado y la práctica de la Religión de Jesús".
Ojalá recuperemos el Evangelio en nuestra Iglesia y en nuestras vidas, entonces seremos signo de lo que Jesús fue.
Matilde Gastalver Matín