EUCARISTÍA DE NAVIDAD
Vicky IrigarayHermanos y hermanas, El Verbo se hizo carne y puso su tienda entre nosotros, en medio de los más pequeños de este mundo. Oremos.
Queremos ser Palabra encarnada con los de cada día, en lo de cada día.
• La Palabra se hizo carne, que la Iglesia sea caricia y gracia, grito y llanto, risa y diálogo, balbuceo de niño, eco de los que no tienen voz, buena noticia, canto alegre, toque liberador...
Queremos ser Palabra encarnada con los de cada día, en lo de cada día.
• La Palabra se hizo carne, que cada uno de nosotros y nosotras seamos palabra viva, sensible y tierna, cálida y cercana, entrañable, anuncio de un Dios accesible y cercano.
Queremos ser Palabra encarnada con los de cada día, en lo de cada día.
• Y la Palabra acampó entre nosotros, que seamos palabra encarnada en las periferias de nuestros pueblos y ciudades; en la soledad de las residencias y hospitales; en los campos de refugiados y en los países destruidos por las guerras.
Queremos ser Palabra encarnada con los de cada día, en lo de cada día.
• Y la Palabra acampó entre nosotros, que seamos palabra encarnada en nuestras familias y comunidades; en medio de la fiesta y el alboroto, con luces y música, niños, jóvenes y mayores con deseos de paz y fraternidad.
Queremos ser Palabra encarnada con los de cada día, en lo de cada día.
Padre Madre buena, que nos atrevamos a acercar, a ser Palabra encarnada en esos lugares del mundo donde hoy acampa silenciosamente el Verbo, sin derechos y sin palabra, donde se refugia su humanidad frágil, desnuda, doliente, maltratada.
Vicky Irigaray