NÚMEROS 6, 22-27 / GÁLATAS 4, 4-7
José Enrique GalarretaNÚMEROS 6, 22-27
El Señor habló a Moisés: Di a Aarón y a sus hijos: Esta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas:
El Señor te bendiga y te guarde;
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor se fije en ti
y te conceda la paz.
Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré.
Este es un texto precioso y muy antiguo. Lo recoge el Libro de los Números, pero es patrimonio tradicional y muy querido del pueblo de Israel. Es un texto de bendición, recitado en la oración de generación en generación.
Quizá podríamos atrevernos a actualizar su traducción de esta manera:
Que el señor nos bendiga y nos guarde,
que nos haga sentir su presencia
y nos conceda la paz.
GÁLATAS 4, 4-7
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones al Espíritu de su Hijo, que clama: "¡Abbá, Padre!". Así que ya no eres esclavo si no hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Pablo, en la carta a los Gálatas hace un resumen de un punto básico de su doctrina. La Palabra, nacida en Israel, ha llegado a su plenitud en Jesús, y ha roto todos los moldes. Se ha anunciado al mundo entero, a judíos y gentiles, libres y esclavos, y nos ha mostrado quiénes somos: no simples cumplidores de la Ley, sino hijos y herederos. Es la síntesis y la esencia del mensaje de la Navidad.
José Enrique Galarreta, S.J.