HECHOS 2, 42-47
HechosLos hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los Apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones.
Todo el mundo estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que hacían los Apóstoles en Jerusalén.
Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la Fracción del Pan en las casas y comían juntos alabando a Dios, con alegría y de todo corazón.
Eran bien vistos de todo el pueblo y, día tras día, el Señor iba agregando al grupo a los que se iban salvando.
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