ROMANOS 8, 28-30
RomanosSabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó, a los que llamó, los justificó, a los que justificó, los glorificó.
Dentro de la riquísima temática de la carta, Pablo habla hoy del cuidado de Dios por nosotros, de su proyecto de que los humanos seamos hijos a la imagen de su Hijo Jesús, al que llama "el primogénito", el primero de a humanidad nueva.
Tenemos el peligro de entender la palabra "predestinó" en el sentido luterano: unos predestinados a la salvación y otros predestinados a la condenación eterna. No significa eso. Significa más bien "llamada" y no tiene nada que ver con la privación de libertad sino al revés: Dios llama, cuenta con nosotros para la misión, para el Reino. Por ahí vamos mejor.
Por otra parte, resulta inútil meterse en los líos de palabras que se monta Pablo, que no sirven más que para oscurecer el mensaje, tan limpio y llano, de Jesús.
Para releer el comentario de José E. Galarreta, pinche aquí