ALEGRÍA INTERIOR
Vicky IrigarayLas lecturas de hoy nos recuerdan que el Reino de Dios no es sólo una fiesta final sino también un “estado de fiesta” aquí y ahora, una “fiesta interior” donde ninguna de las adversidades de la vida puede arrebatarnos la confianza en nuestro Padre Dios. Oremos.
Padre, que contagiemos nuestra alegría interior.
* Te presentamos, Padre bueno, la Iglesia, concédele la gracia de recuperar el talante festivo de la fe, que sea atrayente en su modo de proceder, que sea invitación al Banquete al que Tú nos invitas.
Padre, que contagiemos nuestra alegría interior.
* Nos presentamos, Padre bueno, todos los creyentes, que la alegría de saber que estás en y con nosotros, nos lleve a vivir en un estado habitual de agradecimiento y disponibilidad.
Padre, que contagiemos nuestra alegría interior.
* Te presentamos, Padre bueno, a todos lo que por distintos motivos no tienen qué comer, que la solidaridad de los que tenemos les lleve a creer en la posibilidad de una vida digna también para ellos.
Padre, que contagiemos nuestra alegría interior.
* Te presentamos, Padre bueno, a los gobernantes de nuestros pueblos, que en su tarea diaria busquen mejorar la vida de aquellos que peor lo están pasando.
Padre, que contagiemos nuestra alegría interior.
* Te presentamos, Padre bueno, a todos los miembros de nuestra comunidad, que la certeza de tu habitación nos lleve a transmitir una vida alegre y con sentido trascendente.
Padre, que contagiemos nuestra alegría interior.
Padre bueno, te damos las gracias porque estás en cada uno de nosotros y nos invitas a ser fiesta permanente para los demás. Concédenos la gracia de responderte y ser Buena Noticia en nuestro día a día al estilo de tu Hijo Jesús.
Vicky Irigaray