DE ORACIONES DE VIDA
Karl RahnerEstás en medio de nosotros; Jesús. Tu vida humana es increíblemente cercana. Aquello que viviste hace dos mil años solo ha pasado en apariencia. Ha pasado el aspecto exterior de tu vida. Tu vida humana creada, finita y cambiante ha entrado en la eternidad de tu Padre. Ha llegado a su cumplimiento, en donde alcanza la perfección definitiva y el fluir del tiempo se condensa para siempre en el abrazo único e instantáneo de la eternidad.
Por eso estás presente, porque tu vida está unida al eterno, donde el amor y la sabiduría de Dios permanecen con presencia inalterable. Jesús, tu corazón permanece para siempre. Porque eres hombre y has llevado a cumplimiento una vida plenamente humana.
Tu vida permanece no solo en Dios, sino para ti mismo. Lo que fuiste, vive para siempre. Tu niñez pasó, pero hoy eres ángel que fue niño como lo puede ser cualquier hombre. Tus lágrimas se terminaron, pero hoy eres como cualquiera que alguna vez haya llorado. El corazón no olvida las razones de su llanto. Tus penas han cesado, pero en ti permanece la madurez del hombre que las ha probado.
Tu vida y tu muerte transcurrieron, pero lo que maduraron se ha hecho eterno y está presente entre nosotros. El heroísmo de tu vida es presencia de eternidad que supera cualquier obstáculo con el amor que lo forma e ilumina. Tu corazón es eterno.
La fidelidad, la dulzura, el amor a los pecadores, que surgían en cada momento de tu vida, están presentes como los rasgos característicos de tu libertad, de tu humanidad. Así te encuentras ahora en medio de nosotros. Está presente lo que fuiste, viviste y sufriste.
Y ahora que tu vida se ha hecho presente, eres el que con su vida eterna envuelve mi conocimiento y mi amor.