ISAÍAS 42, 1-7
IsaíasConsolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios.
Hablad al corazón de Jerusalén,
gritadle:
que se ha cumplido su servicio
y está pagado su crimen,
pues de la mano del Señor ha recibido
doble paga por sus pecados.
Una voz grita en el desierto:
preparad un camino al Señor...
allanad en la estepa
una calzada para vuestro Dios.:
que los valles se levanten,
que los montes y las colinas se abajen.
Que lo torcido se enderece
y lo escabroso se iguale.
Se revelará la gloria del Señor
y la verán todos los hombres juntos
-ha hablado la boca del Señor.
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión,
alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén.
Álzala, no temas
di a las ciudades de Judá: "aquí está vuestro Dios".
Mirad, viene Él con su salario
y su recompensa le precede .
Como un pastor apacienta su rebaño,
su brazo lo reúne
toma en brazos a los corderos
y hace recostar a las madres.
Para releer el comentario de José E. Galarreta, pinche aquí