LA CORRUPCIÓN GLOBAL, UN PODEROSO SIGNO DE LOS TIEMPOS
Marco Antonio Velásquez UribeSe ha revelado una gigantesca operación de lavado de dinero realizada en Suiza, en la sede del banco británico HSBC, uno de los más grandes del mundo. El hecho, delatado por Hervé Falciani, un ex empleado del mismo banco, surgió de la filtración de información bancaria confidencial de los años 2006 y 2007, que fue entregada a las autoridades francesas, quienes cumpliendo con los protocolos internacionales la han compartido con organismos reguladores de otros países.
Los hechos denunciados dicen relación con lavado de activos mediante cuentas bancarias de más de 100 mil personas naturales y jurídicas de más de 200 países. Los involucrados son traficantes, dictadores, grupos terroristas, actores de cine, reyes, políticos, famosos y multimillonarios de todo el mundo.
El sistema bancario suizo, reputado por su seguridad, ocultó hace 8 años en uno de sus principales bancos, el HSBC, una suma superior a los US$ 100 mil millones de dólares, una cifra que representa el 36% del PIB de Chile obtenido en 2013.
A modo de contexto, cabe señalar que como consecuencia del atentado de las Torres Gemelas de Nueva York en 2001, el gobierno norteamericano extremó las medidas de control y regulación para la banca mundial, a objeto de pesquisar el financiamiento al terrorismo y el lavado de activos. Se ampliaron las atribuciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que coordina a la mayoría de los países miembros y establece políticas y obligaciones. Se dictaron leyes especiales orientadas a sancionar severamente estos delitos. La mayoría de los países están adscritos a estas normas, salvo los paraísos fiscales.
Como paradoja, la ciudad suiza de Basilea es la sede donde se dictan las normas internacionales de funcionamiento bancario, que establecen las exigencias de capital y son conocidas universalmente como las Normas de Basilea. El prestigio mundial de la banca en Suiza explica su gran contribución al PIB de ese país, que alcanza al 14%.
El hecho que compromete al HSBC configuraría un grave delito tributario que afectaría a más de 200 países de residencia de los más de 100 mil depositantes, entre los que se cuentan 428 clientes chilenos que tenían ahorrado US$ 467 millones de dólares. De haber delito tributario, y considerando el rol subsidiario de los estados afectados, los grandes perdedores con esto son los pobres de los países vulnerados.
Agudizando la mirada, hay que recordar que con motivo de la crisis subprime (crisis de las hipotecas de 2008), se generó la mayor transferencia histórica de riqueza desde las arcas fiscales (el pueblo) a los poderosos del mundo, para rescatar al sistema financiero mundial que estaba técnicamente quebrado. Ello involucró una transferencia de riqueza por más de US$ 1.100.000 millones de dólares (11 veces más que los ahorros ocultos en el banco HSBC).
Estos hechos ponen en evidencia un gigantesco escándalo financiero global, de magnitud sideral. Ello, sumado a otros graves escándalos financieros locales, revelan una profunda degradación moral que compromete a los poderosos del mundo.
En efecto, detrás de estos escándalos inmorales hay personas involucradas, personas responsables. Son literalmente los dueños del mundo. Son quienes poseen las tierras, los mares, las minas, los bosques, las industrias, todo; quienes a costa del poder de su gigantesco imperio económico someten a sus hermanos a verdaderas relaciones de esclavitud. Es la realización elocuente de ese "capitalismo salvaje" denunciado proféticamente por Juan Pablo II (Centesimus annus 8). Es la manifestación irrefutable del triunfo del Imperio de Codicia Humana, aquella que desquiciada se convirtió en el gran motor de la economía mundial hasta conseguir la degradación humana en el ara de Mammón.
Para magnificar la barbarie moral que revelan tales actos humanos, baste señalar que la FAO establece que con una inversión de US$ 44.000 millones de dólares se puede erradicar el hambre en todo el mundo. Vale decir, que con sólo el 44% de los recursos ocultados delictuosamente en el HSBC se puede acabar con el hambre del mundo. Esto pone en evidencia la maldad que gobierna la conciencia económica mundial, que conduce a esa "globalización de la indiferencia" que denunciara el papa Francisco en la isla de Lampedusa en 2013.
Ojalá no haya cristianos en esa multitud de poderosos.
«No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde ladrones minan y hurtan, sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón [...] Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a Mammón». (Mt 6, 19-21.24).
Marco Antonio Velásquez Uribe