RECONOCERTE EN LA COTIDIANEIDAD
Vicky IrigarayLas lecturas de hoy nos han invitado a tomar conciencia de la bendición que significa la presencia de Dios. Esta es la invitación: aceptar a Dios como es, como se manifiesta; no como nos gustaría que fuera. Oremos.
Padre bueno, que te reconozcamos en la cotidianeidad.
Que la Iglesia muestre el verdadero rostro de Dios: el Padre que acoge, escucha, ama y devuelve la dignidad a todos los hombres y mujeres.
Padre bueno, que te reconozcamos en la cotidianeidad.
Que todos nosotros descubramos la invitación a comprometernos con nuestras vidas en la construcción de un mundo más justo y fraterno.
Padre bueno, que te reconozcamos en la cotidianeidad.
Que nuestros niños y jóvenes apunto de comenzar el nuevo curso escolar y universitario, despierten al interés por el aprendizaje y alimenten también el corazón con el alimento de vida plena que Jesús les ofrece.
Padre bueno, que te reconozcamos en la cotidianeidad.
Que los gobernantes de las naciones se pongan de acuerdo y trabajen conjuntamente a favor de la justicia y la paz en el mundo.
Padre bueno, que te reconozcamos en la cotidianeidad.
Que todos los que sufren y viven sin esperanza ni sentido encuentren en cada uno de nosotros gestos y palabras que les ayuden a recobrar la ilusión y las fuerzas para seguir viviendo.
Padre bueno, que te reconozcamos en la cotidianeidad.
Padre bueno, enséñanos a descubrirte en lo pequeño, en lo sencillo, en nuestro día a día, sin necesidad de grandes milagros. Que tu ser Padre y Señor de nuestra vida nos cautive y no necesitemos nada más. Te damos las gracias por mediación de tu Hijo Jesús.
Vicky Irigaray