EL ROBOT SE HA IDO AL FUTURO (ESCUCHANDO A LOS NIÑOS)
Mari Paz López SantosDesayunando en la cocina antes de ir al colegio, en un ambiente de juego y con las pilas bien cargadas después de un montón de horas de sueño, Miguel, de ocho años, le dice a su hermano Pablo, de tres:
- “El robot se ha ido al futuro…”.
Pablo, pensativo, pregunta a su hermano:
- “¿Dónde está el futuro?”.
El mayor le contesta:
- “El futuro está en el salón… entre los libros”.
Tras unos momentos de silencio, apurando el cuenco de leche con cereales, Pablo se gira mirando a su padre y le pregunta:
- “Papá, ¿tú has visto el futuro de Miguel?”.
La cara de papá podemos imaginarla, especialmente los que hemos tenido hijos pequeños y vivíamos la aventura diaria de levantarlos de la cama, que se tomaran el desayuno y salir a toda prisa camino del colegio y del trabajo. En ese espacio de tiempo vertiginoso surgen muchas veces conversaciones “existenciales” como la que acabo de describir.
Así son ellos y así nos dejan a los adultos con los ojos de plato y la boca cerrada. Nosotros hace ya mucho tiempo que abandonamos el mundo mágico que ellos mantienen latente, presente y permanentemente amenazante o, al menos, así lo vivimos tantas veces cuando no sabemos elegir palabras para contestar semejantes preguntas.
Los niños son ya el futuro para nosotros y, sin darse cuenta nos lo recuerdan constantemente. El futuro está en cualquier espacio en donde les dejemos crecer de forma creativa, educándolos en libertad, buen humor y, sobre todo, mucho amor.
Dejémonos contagiar por su pensamiento mágico y fantástico que nos trae recuerdos de un pasado remoto al que sólo ellos pueden acercarnos de nuevo, llevándonos en volandas hacia un futuro que es solo suyo, y al que nos invitan, confiados, si nos dejamos llevar de su mano.
Mari Paz López Santos