2 MACABEOS 7, 1-2 y 9-14
Antiguo TestamentoArrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la ley. El mayor habló en nombre de los demás:
- ¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres.
El segundo, estando para morir, dijo:
- Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero cuando hayamos muerto por su ley, el rey del universo nos resucitará para vida eterna.
Después se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo enseguida y alargó las manos con gran valor. Y habló dignamente:
- De Dios las recibí y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios.
El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos.
Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto.
Y, cuando estaba a la muerte, dijo:
- Vale la pena morir a manos de hombres cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida.
Para releer el comentario de José E. Galarreta, pinche aquí