Hermanos, el gesto que mejor revela la verdadera identidad de Jesús es su tarea y empeño en curar, sanar y liberar la vida. Lo que Jesús hace y dice es siempre manifestación del corazón de su Padre Dios. Oremos

Jesús, que tu venida nos abra a la vida plena.

• Padre bueno, que la Iglesia, imitando al Maestro, tenga siempre gestos de ternura con los que sufren, una palabra de aliento para los desesperanzados, unos brazos abiertos para los rechazados socialmente y entrañas de misericordia con los más pobres.

Jesús, que tu venida nos abra a la vida plena.

• Padre bueno, que todos nosotros, creyentes en tu hijo Jesús, anunciemos con nuestras palabras, gestos y corazón que otro mundo o sociedad más humana y justa es posible.

Jesús, que tu venida nos abra a la vida plena.

• Padre bueno, que el anuncio sanador y liberador de tu hijo Jesús llegue a los enfermos, a los presos, a los que sufren la violencia de género, a los que frecuentan los comedores sociales, a los que se sienten excluidos del sistema.

Jesús, que tu venida nos abra a la vida plena.

• Padre bueno, que todos los hombres y mujeres que trabajan luchando con firmeza contra toda forma de injusticia y opresión, sientan reconocida y sostenida su labor por las instituciones sociales, gubernamentales y eclesiales.

Jesús, que tu venida nos abra a la vida plena.

Padre bueno, que en la iglesia seamos sembradores de bien, que nuestras vidas proclamen a tu hijo Jesús siempre empeñado en ayudar a caminar, en poner vida y Buena Noticia en cada uno de nosotros. Te damos las gracias, un domingo más, por regalarnos a tu hijo Jesús.

Vicky Irigaray