Buscador Avanzado

Autor

Tema

Libro de la biblia

* Cita biblica

Idioma

Fecha de Creación (Inicio - Fin)

-

UN MUCHACHO SUCIO Y DESALIÑADO

Rate this item
(0 votes)

Se mantenía atrás, despeinado, ojeroso, las facciones tensas, muerto de cansancio. Había pasado la noche farreando y despedía un fuerte olor a vino picado. Se había colado en la iglesia, la que por suerte se hallaba abierta esa mañana. Era domingo.

Sin saber, había caído en plena misa. Se asustó y quiso largarse, pero el cansancio pudo más. Se echó en el primer asiento de un rincón oscuro cerca de la salida y, sin querer, escuchó palabras leídas, muertas, cantos aburridos. No pensaba. Estaba simplemente...

Iba a caerse dormido cuando un ruido lo despertó. La gente salía de sus bancos, probablemente para ir a tomar la comunión. Subió en él un acceso de culpabilidad. Recordó su primera comunión, hermoso como un ángel en su traje nuevo y con un brazalete blanco. Se veía de nuevo ahora y sintió vergüenza. Tenía que salir de allí enseguida.

Se levantó y se dirigió hacia la puerta casi corriendo, pero justo en ese momento entraba una abuelita, menudita, con los ojos arrugados detrás de unos anteojos redondos, gruesos como fondos de botella.

Venía apurada y no veía bien hacia dónde iba. El muchacho tampoco la había visto venir. La abuela perdió el equilibrio y él la agarró para que no se cayera excusándose torpemente. Estaba colorado hasta las orejas. Ella le sonrió y le dijo:

- No te disculpes, muchacho, fue mi culpa. Ya no veo bien.

Acompáñame, no quiero perderme la comunión.

Ella caminaba con dificultad y la comunión estaba por terminar. El cura vio a la abuela caminando dificultosamente por el pasillo central, del brazo de un joven despeinado y con cara de perro... La conocía bien a ella. Siempre llegaba tarde. Pero él la quería y la esperó. El joven despeinado y desaliñado trató de retirar su brazo de la mano de la abuela diciéndole:

- Perdóneme, pero no puedo acompañarla más, debo irme.

Ella lo tomó con más fuerza del brazo y le dijo:

- Muchacho ¿te vas a ir sin comulgar? No puede ser, ven conmigo, será sólo un segundo.

Él trató una vez más de desasirse, pero la vieja se le pegaba más. Él le dijo:

- No puedo, abuelita, nunca vengo a misa y la vida que yo hago no es...

La vieja lo interrumpió:

- Tonterías. Yo no soy mejor que tú, pero sin embargo comulgo. Me hace bien y pienso que me ayuda a ser menos mala. Y además, Jesús ha dicho: "No he venido para los santos sino para los pecadores".

El muchacho no tuvo más remedio que tomar la comunión junto a la abuelita. Al salir de misa, ambos se fueron a comer algo en un barcito, frente a la iglesia. Parecían compinches.

En cuanto al cura, estaba muy feliz, ese día, de haberle dado la comunión a un nuevo fiel.

 

Eloy Roy

Read 4579 times
Login to post comments
MetaMask Extension